Secretario de Asuntos sociales y DD HH

Secretario responsable: Milton Vera
Secretario responsable: Milton Vera

Derechos Humanos. (Derechos fundamentales)

Escribir sobre los derechos fundamentales de la persona humana sin ningún lugar a dudas es una tarea ardua. En primer lugar, porque encontramos sobre este tema tantas opiniones como teorías existen sobre la noción de persona humana, no sólo desde un punto de vista filosófico, antropológico y ético, sino también político, económico, religioso y social.

“Sólo el respeto a la dignidad trascendente de la persona humana genera una sociedad justa. Es necesario que todos los programas sociales, científicos, económicos, políticos y culturales estén presididos por el respeto de cada ser humano individualmente considerado dentro de esa comunidad de la que forma parte. Ninguna persona debe “instrumentalizarse” o “masificarse” con fines ajenos a su misma dignidad, ni debe ser sometida a injustas restricciones en el ejercicio de sus derechos y de su libertad.”

La persona humana no es un “instrumento útil” para la economía ni para la política, porque la política y la economía están al servicio de la persona y no la persona al servicio de éstas. Ninguna persona puede ser tratada como un “objeto” para satisfacer deseos y necesidades de otras personas o instituciones. Podemos constatar que, lamentablemente, nos invade una cultura utilitarista que “cosifica” a la persona humana, tratándola como si fuera una cosa o un objeto carente de trascendencia. Y ante esto nunca podemos rendirnos porque las personas están para amar y ser amadas, mientras que las cosas están para usar: amar es opuesto a usar. Nadie puede ni debe ser “utilizado”.

Es de orden afirmar la declaración del ESNA: “Sin explotados ni explotadores”, sin dudas sería ésta una fórmula para la convivencia en paz y armonía con el prójimo.

Si algo caracteriza a la persona humana y la hace diferente de todo cuanto existe es su libertad, que es esa facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y/o de no obrar, por lo que es responsable de sus actos y de sus omisiones. La libertad no puede ser entendida correctamente sin la responsabilidad hacia sí mismo y hacia los demás. La responsabilidad es esa capacidad para reconocer y aceptar las consecuencias de esas actuaciones realizadas libremente.

Libertad y responsabilidad son dos aspectos inescindibles de la persona humana, no pueden separarse y conllevan otra nota esencial del ser humano, que es su continua búsqueda de la verdad. Sólo el hombre libre y responsable puede buscar y encontrar la verdad. Y la verdad lleva al bien, a la felicidad, a la libertad y al bienestar personal y social.

Todos sabemos que la persona humana es, por naturaleza, un ser social que necesita para su desarrollo y para su progreso la convivencia con sus semejantes; es en esta convivencia donde el hombre y la mujer ejercen su sentido de libertad y de responsabilidad, sus derechos y deberes naturales y sociales, los cuales son inviolables e inalienables porque son fundamentales a toda persona humana, sin distingo de raza, condición, sexo, nacionalidad, religión, etc.

Estos derechos fundamentales de la persona humana son indispensables para el respeto a todos los seres humanos individual y socialmente colectivos. Por eso son universales. Son derechos y deberes que proceden de la dignidad humana, por lo tanto, NO son una concesión ni una creación de ningún Estado ni de la Nación. El Estado, en todo caso, lo que debe hacer es tutelarlos, protegerlos y garantizarlos eficazmente.

Los derechos fundamentales y universales de la persona humana son: el derecho a la propia existencia; el derecho al desarrollo de la propia perfección personal; el derecho a cumplir los deberes propios con libertad y responsabilidad personal; el derecho a llevar una vida verdaderamente humana entre los demás hombres; el derecho a fundar una familia y a mantener y educar a los hijos; el derecho a adquirir propiedad privada y poder hacer uso de la misma.

Estos derechos han sido adoptados, proclamados y promulgados por la ONU, por la Unión Europea, por la IX Conferencia Internacional Americana y por casi todos los Estados del mundo. Pero esto no basta ni es suficiente. Es necesario que se garantice su realización y alcance a todas las personas, sin excepción alguna.

Paradójicamente cuando el derecho al trabajo reconocido en todas las Constituciones (incluida la nuestra) uno de los mayores problemas de la humanidad es el desempleo. De la misma forma podemos mencionar el derecho a la vivienda, a la salud, a la educación, a la propiedad privada, etc.

¿Por qué es tan difícil garantizar estos derechos efectivamente? Porque precisamente la política y la economía que nos rigen no “sirven” a la persona humana sino que “se sirven” de la persona humana. Porque los hombres y las mujeres, ya sean niños, jóvenes, adultos o ancianos somos vistos como objetos de los que se sirven los que manejan los hilos del mundo, “instrumentalizando” a las personas para sus propios intereses. A la prueba está la actual “crisis económica” mundial, allí somos una mera y triste estadística.

La dignidad de la persona humana es el centro sobre el que deben gravitar todos los asuntos, no sólo a nivel político, económico y social, ya sean  a “gran escala” nacional o internacional, sino sobre todo a nivel individual, en nuestras diarias y cotidianas relaciones interpersonales e intrafamiliares. Es la difícil pero posible puesta en práctica de esa sencilla regla de oro universal de “tratar a tu prójimo como a ti mismo” o, lo que es lo mismo, “no hacer a otro lo que no quieres que te hagan a ti”. 

Entre los derechos a la propia existencia están el derecho a la vida de todos los seres humanos, desde el momento de su concepción; el derecho a la legítima defensa contra un agresor injusto; el derecho a la integridad corporal e inviolabilidad personal. Una existencia verdaderamente humana y decorosa se alcanza cuando está garantizado el alimento, el vestido, la vivienda, el descanso, la asistencia médica en todos los estadios y condiciones de la vida, ya sea en la salud o enfermedad, invalidez, viudedad, vejez, paro, etc.

El derecho al desarrollo de la propia personalidad se consigue cuando la persona humana puede desarrollar todos sus talentos y cualidades, cuando se respeta su derecho a la intimidad y se protege su vida privada, su honor y buena fama, su buen nombre. Vemos como la sospecha, el juicio temerario, la difamación, la calumnia y la injuria están hoy a la orden del día en diferentes colectivos y son el “plato favorito” de muchos medios de comunicación masiva y la vil herramienta utilizada por oportunistas “casuales”.

El derecho a la verdad es también un deber que incluye la libre y respetuosa expresión de las propias opiniones y creencias, a cultivar cualquier arte y profesión honesta, a tener una información objetiva de los sucesos públicos, a no manipular la opinión pública con fines “utilitaristas”, a no ahogar la voz de los ciudadanos ni reducirla a un silencio forzado. Incluye también el derecho a la libertad religiosa. Todos los hombres estamos obligados a buscar la verdad. El derecho a la verdad incluye igualmente el derecho a obrar según la recta y propia conciencia.

Los derechos del hombre con respecto a la familia son el derecho al matrimonio y a fundar una familia, a procrear y decidir el número de hijos, a educarlos humana, moral y culturalmente y a poseer los bienes suficientes para mantener la familia y dar a los hijos la educación adecuada. También tiene relación con el derecho a la inviolabilidad del hogar y a desarrollar la propia vida doméstica sin injustas intromisiones que provengan del exterior y perturben la intimidad del hogar.

Los derechos económicos nacen de la misma naturaleza humana y son necesarios para salvaguardar la libertad y la dignidad del hombre. Los principales derechos económicos son el derecho al trabajo para proveer a la propia vida y a la de los hijos; el derecho a la elección de una profesión honesta con la que pueda desarrollar sus propios talentos y colaborar con el progreso de la sociedad. El derecho a la propiedad privada es una garantía de la libertad humana. Pero lamentablemente no todos gozamos de estos derechos en igualdad de condiciones, pues a nuestro humilde entender carecemos de una real y verdadera justicia social.

Los derechos sociales y políticos exigen la colaboración de todos para lograr el bien común y el bienestar social. Entre estos tenemos el derecho a la seguridad jurídica con el que se garantiza una defensa justa, eficaz e igual para todos; el derecho a la libre fijación de residencia y de libre circulación y movimiento; el derecho a la emigración; el derecho de asilo político cuando, por motivos políticos, alguien es perseguido por las autoridades públicas. Atentan contra este derecho la deportación y la repatriación forzada. Dentro de los derechos sociales y políticos también tenemos el derecho de libre reunión con fines honestos que no atenten contra el bien común de la sociedad; el derecho de libre asociación para alcanzar los fines que los particulares por sí solos no pueden conseguir eficazmente (como es nuestro caso); el derecho de participación activa en la vida pública y el derecho de sufragio libre en la elección de los gobernantes, es decir, el derecho a elegir y ser elegido.

También hay deberes sociales como el deber de obediencia a las leyes justas, el deber de luchar contra el abuso de la autoridad mediante una legítima actitud de los ciudadanos llamada el derecho de resistencia.

El derecho a la educación y a la cultura, con calidad y equidad para todos, es también uno de los derechos políticos y sociales con el que nos situamos activa y críticamente en nuestra sociedad, ayudando a construirla y mejorarla para alcanzar la paz y el desarrollo humano y social.

Todos estos derechos fundamentales de la persona humana, son también deberes personales con los que debemos procurar el bien común y conseguir el progreso y desarrollo del estado de bienestar social. No son sólo responsabilidad del Estado y de las autoridades políticas y económicas, sino también de todas las personas individuales y de las instituciones privadas. No podemos eludir nuestras propias responsabilidades particulares. Una sociedad moderna y justa exige la responsabilidad y la participación activa del sector privado y no sólo del sector público.

Como reflexión creemos es un deber la aplicación (y de predicar con el ejemplo como funcionarios de la educación y formadores de ciudadanos que somos) de valores tan sólidos, dignos y maravillosos como sin dudas lo son la solidaridad, el respeto, la tolerancia, la dignidad, la empatía, el amor y la consideración por el otro…porqué lo creemos un deber, porque de esa manera estaremos alentando a nuestro prójimo a continuar en la lucha y evitar que se sienta avasallado por nuestras mezquindades porque en ese caso estaríamos violando y mancillando sus derechos fundamentales.

Nuestras miserias y el egoísmo nos han llevado a transitar caminos tan oscuros y tan crueles que serían dignos de cualquier otra especie luchando por su supervivencia, pero no de la especie humana…donde hemos sido capaces de generar tantos recursos pero los malgastamos o lo mal distribuimos y un sector de la humanidad (los menos) se ha dedicado a la acumulación de recursos económicos valiéndose del resto para generarlos. “Unos mucho y otros nada y eso no es casualidad…” Para ello cualquier fin a justificado los medios; poder, acumulación de riquezas, dominio, hegemonía a través de “conquistas” es decir invasiones, guerras, bloqueos, genocidios, esclavitud (la de antaño y la moderna), trata de personas, narcotráfico, etc.

Esto a modo general, pero no olvidamos a nuestras compañeras trabajadoras, a la lucha por igualdad de género, a que igual tarea igual remuneración, la violencia doméstica y el femicidio, estas también deben ser y serán nuestras luchas.

“Privar a las personas de los derechos humanos es poner en tela de juicio su personalidad”

Nelson Mandela.

 

 

Comenzábamos esta presentación de nuestra Secretaría hablando de DDHH porque estamos convencidos que en la lucha por nuestros derechos fundamentales como seres humanos deben estar basadas todas nuestras luchas sociales.

Nuestros objetivos.

Esta Secretaría pretendemos sea un espacio de construcción, plural que recoja la visión de todas las corrientes políticas y filosóficas dentro de nuestra organización.

Representar a nuestro colectivo donde lo ameriten las circunstancias, luchar por nuestros derechos fundamentales y defenderlos a carta cabal.

Coordinar nuestras acciones dentro de nuestra organización y con otras organizaciones de DDHH y movimientos sociales.

Lograr todos los acuerdos y convenios que sean posibles para obtener beneficios para nuestros afiliados en todos los ámbitos, salud, comercio, esparcimiento, etc.

A modo de ejemplo, clínica de ojos, ópticas, banco de sangre, descuentos en comercio de diferentes ramos, convenios nuevos y ya existentes con otras organizaciones que cuentan con colonia de vacaciones, descuentos en hoteles y complejos vacacionales, etc.

Realizar una cartera con la lista de comercios, hoteles, complejos turísticos, “amigos de AFUTU” donde pretendemos lograr descuentos para nuestros afiliados.

Ahondar en convenios que ya tenemos para mantener a nuestros afiliados informados de los benéficos ya logrados por anteriores administraciones.

Hacer todos los esfuerzos posibles para que en éste período se logre un hogar estudiantil para los hijos de nuestros afiliados en la capital de nuestro país (como primer paso pero no es el único que pretendemos). En este sentido presentaremos un proyecto e intentaremos los acuerdos políticos necesarios para que esto se lleve a cabo.

Lograr un fondo de inversión como aspiración a futuro para lograr más beneficios a nuestros afiliados.

Estudiar la posibilidad de la compra de algún vehículo, esto analizando la conveniencia o no y comparando con los gastos de alquileres de autos.

Iniciar todas las gestiones, acuerdos y esfuerzos que se necesiten para iniciar el andamiaje de la tan ansiada Colonia de Vacaciones que nuestros afiliados tanto nos reclaman. Por ejemplo se podría lanzar una campaña masiva de socios con ese fin.

Para el 2018 es nuestra pretensión tener un relevamiento de todos los hijos en edad escolar de nuestros afiliados para intentar financiar una buena parte de una mochila con útiles escolares.

Conformación de la Comisión de la Secretaría de Asuntos Sociales y DDHH

-Como punto de partida pretendemos tener la conformación de una comisión Nacional de Asuntos Sociales y DDHH para ello estamos invitando a todas las agrupaciones con representación en nuestro Ejecutivo Nacional para que nombren un titular y un suplente para conformar dicha comisión.

-En el correr de nuestra administración se irán formando sub comisiones para tratar los diferentes temas y llevar adelante los proyectos que se crean pertinentes.

-Es nuestra aspiración que también cada Regional y cada base tenga su comisión con el fin de estar en permanente contacto para reunirnos y recoger las inquietudes de nuestros afiliados.

En cuanto a los convenios.

En este sentido es nuestra intención hacer tres tipos de convenios macro que los podemos agrupar en convenios locales, regionales y nacionales, a su vez estos convenios los podemos agrupar en dos, los que convenían con la institución y los que brinden beneficios para nuestros afiliados.

Es aquí donde necesitaremos del apoyo, de la colaboración y de la coordinación con los representantes gremiales regionales, locales y nacionales. Serán ellos, sobre todos los locales y los regionales por la sencilla razón de pertenecer al territorio los protagonistas innatos para coordinar las diferentes instancias con los actores de su comunidad que tengan la voluntad de convenir con nuestra institución.

Nuestras actividades.

-La comisión se reunirá como mínimo (a partir del mes de marzo 2017) una vez al mes de forma ordinaria y de manera itinerante , es decir no tendrá un lugar fijo de reunión y nos trasladaremos en diferentes puntos del país en coordinación con los representantes Regionales y referentes locales, estas actividades tendrán tres instancias, una la reunión de la Comisión, la otra será una reunión con los referentes y/o asambleas locales y/o regionales y la tercera con las instituciones, organizaciones o comercios que los compañeros locales consideren necesario, el orden será coordinado con los participantes con anterioridad.

-Dicha comisión determinará su cronograma y su funcionamiento.

 

“No hay nadie tan débil que no pueda ayudar, ni nadie tan fuerte que pueda solo”

Anónimo

 

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