Desde hace varios años se viene librando por parte de distintos movimientos populares y a nivel mundial, una batalla cultural por visibilizar las distintas estructuras que interactúan con el capitalismo de forma compleja, agravando y diversificando las formas en que el sistema oprime a la clase trabajadora. Desde esta comisión entendemos con algo de optimismo que esa batalla se viene dando con cierto éxito, al menos a la interna de la izquierda organizada en los distintos lugares del mundo. Es así que el valor de solidaridad de clase ha logrado escindirse de una visión plana y homogeneizante del concepto clase social; el colonialismo, el racismo, el patriarcado y la heteronorma atraviesan estructuralmente las dinámicas y consecuencias del capitalismo como sistema económico, político e ideológico.
Los datos son claros: distintas poblaciones cargan de forma desigual con las consecuencias del capitalismo neoliberal contemporáneo. Según datos del INE de 2018, en Uruguay un 8,1% de las personas viven bajo la línea de pobreza, mientras que para la población afrodescendiente uruguaya esta cifra asciende al 17,4%. Por otro lado, la cantidad de hogares pobres con jefatura femenina es un 50% más alta que la cantidad de hogares pobres con jefatura masculina (6,6% y 4.2% del total de hogares uruguayos respectivamente)1, de ahí la frase “la pobreza tiene cara de mujer”. Sumado a esto, siendo que en la mayoría de los casos son las mujeres quienes se hacen cargo de las niñas, niños y adolescentes, esta situación se vuelve a su vez uno de los factores que hacen a la infantilización de la pobreza.
Mientras tanto, la población trans apenas empieza a existir para los organismos que elaboran las estadísticas, los cuales se encuentran permeados por la misma perspectiva patriarcal y heteronormada que empapa a la sociedad en general. Los pocos datos que se tienen, según estudios de distintas organizaciones de la sociedad civil, sitúan a estas personas en los últimos márgenes de la exclusión, con una esperanza de vida en América Latina que no supera los 40 años. En particular esta realidad se refleja también en los resultados del censo de personas trans en Uruguay realizado por el MIDES en 20162.
Hoy podemos encontrar un consenso más o menos amplio sobre lo ridículo que sería organizar de formas idénticas la resistencia de los pueblos originarios, la del movimiento feminista y la de las comunidades afro, por nombrar algunas. Está claro que cada una de estas peleas debe organizarse y darse en primera persona, en forma simultánea, transversal y cooperativa con el
1 Boletín Técnico- Estimación de la pobreza por el método de ingreso 2018, INE, 2019
http://www.ine.gub.uy/documents/10181/30913/Indigencia+y+pobreza+2018/f605ab36-693d-4975-a919- fe8d5646f409
2 Documento Base – Transforma 2016, Mides
https://www.gub.uy/ministerio-desarrollo-social/sites/ministerio-desarrollo- social/files/documentos/publicaciones/documento_base_transforma_2016.pdf
resto de la clase trabajadora, si es que nuestro horizonte es la construcción de una sociedad sin oprimidos ni opresores.
En lo que respecta a la lucha sindical, se hace preciso un compromiso real que decante en acciones afirmativas por la incorporación de una perspectiva de género y diversidad. De no existir esta resistencia activa, en concordancia con el sistema que nos permea, seguiremos teniendo sindicatos pensados por y para trabajadores blancos, varones y heterosexuales, lo cual, si no es suficiente en sí mismo para interpelar nuestra noción de justicia, no es para nada representativo de la composición de la clase trabajadora en general, menos aún en el sector específico de la enseñanza media uruguaya, donde cerca del 70% somos mujeres3. Es por esas razones, que esta comisión entiende precisa la creación dentro de la orgánica sindical de una Secretaría de Género, Mujeres y Diversidad.
Pirámide de estructura de edades y género, docentes de CETP 2018

Nuestro trabajo ya de por sí es muy precario. Las y los docentes variamos nuestro salario y carga horaria, así como lugar de trabajo, todos los años, sin seguridad ni estabilidad alguna. Si somos interinas podemos serlo más de una década mientras que el día que no haya horas no tenemos derecho alguno a indemnización. Por otro lado, las y los compañeros de gestión y servicios, para alcanzar un
ingreso digno, dependen mes a mes de la habilitación a discreción, por parte de las direcciones, de partidas de horas extras.
¿Qué sucede cuando sumamos a estas pésimas condiciones de trabajo las situaciones de violencia basada en género, que en alguno o varios momentos atravesamos al menos dos tercios de las mujeres? ¿Qué sucede cuando la precarización se recrudece en la segunda jornada laboral implicada en las tareas no remuneradas de cuidados y reproducción de la vida? Las docentes de UTU pierden sin más el derecho a la licencia por descanso anual cuando su licencia por maternidad o lactancia incluye al mes de enero, por mencionar una situación concreta entre tantas otras.
3 Censo Nacional Docente 2018, ANEP
https://censodocente2018.anep.edu.uy/censo/documentos/COMPILACI%C3%93N%20CENSO%202019. pdf
PROPUESTAS PARA LA CREACIÓN DE UNA SECRETARÍA DE GÉNERO, MUJERES Y DIVERSIDAD DE AFUTU
OBJETIVOS GENERALES
- ● Atender a las problemáticas y reivindicaciones particulares implicadas en nuestra doble condición de trabajadoras y mujeres e identidades disidentes.
- ● Transversalizar la perspectiva de género y diversidad en coordinación con el resto de las áreas de incidencia del sindicato. Se entiende como contrario a la finalidad de esta secretaría el encerrarse sobre sí misma como un compartimento estanco dentro de la orgánica sindical. CONFORMACIÓN Y FUNCIONAMIENTO
- ● Por razones obvias de representatividad, el cargo debe ser ocupado por una mujer o persona con identidad de género disidente (trans o no binaria)
- ● La secretaría debe sostenerse sobre y responder al trabajo de base activo de la comisión nacional de género que pasará a llamarse Comisión Nacional de Género, Mujeres y Diversidad de AFUTU EJES DE TRABAJO
- 1) Formación y difusión: Es indispensable que las mujeres y disidencias que trabajamos en la UTU manejemos información acertada sobre el funcionamiento y normativas de AFUTU, así como de las legislaciones vigentes que nos atañen específicamente. También será tarea de esta secretaría el coordinar y organizar instancias formativas en materia de género y diversidad para afiliados y afiliadas en general.
- 2) Investigación y relevamiento: ¿cómo estamos distribuidas las mujeres y disidencias dentro de la UTU?, ¿en cuáles roles o cargos?, ¿cómo son nuestras condiciones de trabajo en los centros educativos?, ¿en qué medida se respetan los derechos conquistados en las legislaciones vigentes? , ¿cuáles son nuestras condiciones de vida? Es necesario generar insumos que nos permitan reconocernos y pensarnos dentro de la educación técnica.
- 3) Espacio de escucha, contención y respuesta: esta secretaría debe coordinar y garantizar el funcionamiento de un espacio de escucha, contención y respuesta ante las distintas denuncias de violencia basada en género vividas por parte de las trabajadoras,
ya sea dentro o fuera de la UTU, así como brindar asesoramiento sobre el acompañamiento a estudiantes en la misma situación. La secretaría debe presupuestar para este espacio la participación remunerada de mujeres o disidencias con experiencia y formación específica para esta tarea.
4) Participación en la comisión de acoso laboral y en la bipartita de acoso laboral. Proponemos además que ambos espacios pasen a llamarse “de acoso laboral y sexual” ya que estas son dos formas bien específicas de violencia que se dan en situaciones de asimetría de poder, y que es necesario visibilizar tanto por separado, como en las formas en que interactúan y se potencian.